La técnica ideal es alinear el módulo de RAM con el zócalo y ponerlo encima, de manera que el «notch» del módulo coincida con el del zócalo, primero de un lado y luego del otro, y hacer presión hacia abajo hasta que se escucha un ligero «clic», que significa que los anclajes activos se han cerrado sobre el módulo de memoria y ya lo están sujetando. Estos anclajes se cierran solos, y si no lo hacen al meter la RAM es que no la hemos puesto bien.
En el caso de que la placa base sea de las que tienen un anclaje activo y otro pasivo, hay que insertar la RAM primero por la parte del anclaje pasivo, de manera que al apretar el activo deje fijado el módulo de memoria. Si la placa base es de las que tiene dos anclajes activos, podemos instalar el módulo directamente en perpendicular; primero lo colocamos sobre el zócalo y luego hacemos presión en los dos lados al mismo tiempo, para que ambos anclajes se cierren.
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